TY - BOOK AU - Zizek,Slavoj AU - Malo de Molina Bodelón,Marta AU - Sánchez Cedillo,Raúl TI - Repetir Lenin / T2 - Cuestiones de antagonismo SN - 9788446018605 U1 - 335.43 23 PY - 2004/// CY - Madrid PB - Akal KW - Lenin, Vladimir Ilʹich, KW - Comunismo KW - Armarc KW - Marxismo KW - Socialismo KW - Totalitarismo N1 - Incluye datos biográficos del autor N2 - La primera reacción pública ante la idea de reactualizar a Lenin es, claro, un ataque de risa sarcástica: Marx vale, hoy en día incluso en Wall Street hay gente que le adora - Marx el poeta de las mercancías, Marx el que proporcionó perfectas descripciones de la dinámica capitalista, Marx el que retrató la alienación y reificación de nuestras vidas cotidianas-, pero Lenin, no, ¡no puedes ir en serio! ¿No representa Lenin precisamente el fracaso a la hora de poner en práctica el Marxismo, la gran catástrofe que dejó huella en la política mundial de todo el siglo XX, el experimento de Socialismo Real que culminó en una dictadura económicamente ineficaz? De modo que, de haber algún consenso en (lo que queda de) la izquierda radical de hoy en día, éste estriba en la idea de que, para resucitar el proyecto político radical, habría que dejar atrás el legado leninista: la inquebrantable atención a la lucha de clases, el partido como forma privilegiada de organización, la toma revolucionaria y violenta del poder, la consiguiente «dictadura del proletariado», ¿no constituyen todos estos «conceptos-zombi» que hay que abandonar si la izquierda quiere tener alguna oportunidad bajo las condiciones del capitalismo tardío «posindustrial»? El problema con este argumento aparentemente convincente es que suscribe con demasiada facilidad la imagen heredada de un Lenin, sabio dirigente revolucionario, que, después de formular las coordenadas básicas de su pensamiento y práctica en el ¿Qué hacer?, se limitó a aplicarlas consiguiente e implacablemente. ¿Y si hubiera otra historia que contar sobre Lenin? A pesar de que su solución particular fracasó, cabe decir incluso que monstruosamente, hay en ella un destello utópico que vale la pena rescatar. Repetir Lenin no es una vuelta a Lenin, es distinguir entre lo que Lenin hizo en realidad y el campo de posibilidades que inauguró, lo que «no era Lenin, sino lo que no logró hacer, sus oportunidades perdidas. En vez de leer este hecho como la confirmación de que Lenin está anticuado, tal vez debiéramos correr el riesgo de formular la conjetura opuesta: ¿y si esta impenetrabilidad de Lenin fuera el signo de que algo no funciona en nuestra época? ¿Y si el hecho de que Lenin nos parezca irrelevante, desfasado con respecto a nuestro tiempo, viniera a comunicar el mensaje mucho más inquietante que dice que es el presente el que está desfasado, que está perdiendo una determinada dimensión histórica? ER -